Hemos renunciado a la capacidad de debatir. Ya solo vociferamos nuestros propios argumentos marcados por principios políticamente correctos prestados por los que los dictan. Ya solo nos lanzamos ideas gastadas como si fueran armas arrojadizas, sin que hagan efecto en el contrario, cerrado en su cómodo y parece que inmejorable, principio como los otros en el suyo.
Si los políticos han conseguido que todo se reduzca a eso me temo que hay poco que hacer. Basta que ambos partidos se pongan de acuerdo en políticas liberales que privaticen todo, o que se pongan de acuerdo en que la contaminación importa poco, o en que los sueldos deben estar bajos mientras sube todo o lo que sea.
Como esos temas no estarán en la palestra y a "todos" les importarán lo más mínimo. Ellos podrán ir haciendo (mejor dicho deshaciendo) y para cuando estemos afixiados la mayoría ya será demasiado tarde.
Por mi se pueden quedar con su patria, con sus conspiraciones y con lo que les de la gana. A mi ya me han visto.
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